Mesías. Término hebreo. Significa: ungido. Con esta palabra se designaba en el Antiguo Testamento al futuro salvador de Israel, cuya venida anunciaban los profetas. Y es título aplicado a Jesucristo como Salvador del mundo.
Manifestaciones mesiánicas de Cristo
Durante su vida pública, Jesús de Nazaret se manifestó varias veces como el Mesías anunciado por los profetas.
a) En primer lugar, en su bautismo en el río Jordán (cfr. Mt 3, 13-17).
b) Con sus milagros, que asombraban a los apóstoles y a las multitudes (cfr. Jn 6, 1-15).
c) Con sus enseñanzas, que llevan a las gentes a exclamar: Jamás nadie ha hablado como este hombre (Jn 7, 46).
d) Pedro lo confiesa abiertamente: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo (cfr. Mt 16, 13-16).
e) Después de resucitar a Lázaro, las multitudes entusiasmadas le vitorean en su entrada triunfal en Jerusalén: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel! (cfr. Jn 12, 12-18).